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Clásico Copa El Mercurio
GALANTEADA, EL PESO DE LA EXPERIENCIA

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Cargando 57 kilos y haciendo valer su fogueo frente a los potrillos que buscaban un cupo para El Derby, la pupila de Juan Cavieres ganó la tradicional prueba listada. De paso le dio una manito a Febo Apolo para correr “El Máximo Desafío”.

Por Ariel Gómez
Enero 23, 2008
Chile

Al comienzo de cada temporada el clásico Copa El Mercurio surge como la última alternativa, casi desesperada, de obtener un cupo para competir en El Derby. Es que por su condición de listada se ubica como cuarta preferencia en la tabla de selección creada por las autoridades del Valparaíso Sporting Club.

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Así varios productos de tres años, que hasta el momento no tienen los méritos suficientes, se inscriben en el homenaje al "Decano". Y generalmente la escala es benigna con estos F.S. que durante meses no fueron capaces de ganarse en la cancha el derecho para participar en el clásico cumbre del turf chileno.

Por ello muchos se seducen cuando ven a un potrillo con 48 kilos. Fue lo que sucedió con Darío El Grande, pupilo de Alfredo Bagú que se había adjudicado un estelar corriente en el Club Hípico De Santiago (Fernando Moller), lauro que no le alcanzaba ni como suplente de El Derby. Sin embargo, debido a su posterior cuarto puesto en el G2 Gran Clásico Coronación tenía el roce necesario para jugarse la chance en la instancia final. Los otros coetáneos que buscaban la opción eran El Cadete, Nao Mambo, Morales El Divino y Columbus Incitatus. Ganando uno de ellos dejaba fuera a Febo Apolo el próximo 3 de febrero.

Pero una vez más se confirmó el peso de la experiencia: a los tresañeros -si no tienen la jerarquía necesaria para un compromiso de fuste- les cuesta demasiado cuando enfrentan a los mayores en sus primeros duelos. Y éstos últimos, gracias al mayor oficio, poseen las armas necesarias para imponerse a pesar del alto gravamen en el hándicap.

Ya el preparador Patricio Baeza reflexionaba lo absurdo que le parecía que un caballo de índice 14 pudiera dejar fuera a uno de 42. Y en la carrera sucedió algo similar: los potrillos de bajo índice no fueron capaces de superar a Galanteada, titular del 29.

 

Curioso resultó que el relator Mauricio Olivares, al abrirse las gateras, inaugurara su narración con la hija de Hussonet. Empero, por su modalidad el jinete Alejandro Martínez la tranquilizó hasta dejarla sexta, mientras Columbus Incitatus, El Cadete y Doctor Sí enseñaban el camino.

Ya en tierra derecha la oriunda de Haras La Reserva y pupila de Juan Cavieres, asomó con grandes bríos por fuera, mientras Doctor Sí atacó por el centro. Sin embargo, el rush de la alazana fue incontenible hasta imponerse por dos cuerpos y medio al nativo de Haras El Sheik, cuyo jockey Rafael Cisternas reclamó infructuosamente contra la ganadora. La orden de pago se dio a los minutos. Morales El Divino remató tercero, siendo el único que sacó la cara por los potrillos. En tanto el favorito Darío El Grande sólo arribó noveno.

Galanteada (a 57) y Doctor Sí (a 60 kilos) refrendaron que el hándicap y la experiencia valen en una lucha intergeneracional. Aparte la defensora del stud Quemazón le dio una mano a Febo Apolo para asegurar su participación en El Derby. Así el trainer Patricio Baeza tendrá otra carta más para buscar su primera fotografía en la edición número 123 del gran clásico del verano. 

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